viernes, 13 de abril de 2012

¿Por qué un cineclub?


La  labor educativa es una aventura, y a lo largo de los años, en medio de  los paisajes cotidianos, el camino nos depara,  unas pocas veces,  experiencias  refrescantes que nos ayudan a seguir caminando. La virtud de estas experiencias es que, después, nos permiten regresar a los paisajes cotidianos con una mirada nueva, más robusta, más limpia.
Una de esas experiencia nueva queremos que sea este cine club que ahora nace, con el objetivo de descubrir un cine habitualmente desconocido para los alumnos, y además, de desterrar algunos tópicos.
La mayoría de los alumnos no ve cine clásico. Al igual que la literatura o la música clásica, el cine es un bien cultural que empieza a necesitar su inclusión en los programas educativos, porque no podemos permitirnos que los jóvenes desaprovechen esa riqueza.
Pero para todo esto es necesario  acabar con ciertos tópicos, como el terror al blanco y negro,  el exagerado valor que se le concede a los modernos efectos especiales, y otras perezas mentales alentadas por la atonía cultural de nuestra época.
Nuestro cine club nace, además, bajo el amparo de Francisco Ayala, que en fecha tan temprana  y cargada de significados como 1929 se interesó por el cine, llegando a escribir incluso un ensayo, Indagación del cinema en el que disecciona con su agudeza habitual el nuevo lenguaje. Ayala, como buen vanguardista, aplica los procedimientos cinematográficos  a la construcción de sus relatos, como podemos comprobar en algunos incluidos en El jardín de las delicias.
Queremos que el proceso al que se ajuste el cine club sea sencillo: una pantalla, una buena película que nos haga sentir y pensar y una jugosa conversación al final, acompañada de algún refresco. ¿Qué más se puede pedir? 

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